martes, 17 de agosto de 2010

Portate bien



Era uno de esos días de principios de primavera, donde la lluvia había dejado un reguero de charcos. Esa tarde, como todas y, después de alargan la enseñanza con las permanencias, salíamos arrastrando el bolso de las escuelas del Matadero.

Las nubes, el olor a húmedo, las tardes más largas,… crean el ambiente perfecto para una tarde de balón. La calle es la trasversal, de tierra compactada, en ella existe una herrería, donde abuzan los mejores rejos para los trompos. Los bolsos, como siempre son los postes de las porterías. Unos para un lado otros para otro. Aquel día, fue mi tarde. Los regates perfectos, siempre encontraba el desmarque. Mi pie y el balón iban al unísono. Un gol y otro gol. No había charco que se me resistiera. Era todo ímpetu y entrega. Había sido el partido perfecto.

Se hizo un poco tarde, no me importó. Esa tarde la había convertida en una hazaña futbolera. Aquel día había sido de temporal, al llegar a casa me encontré con mis padres. Mi madre angustiada por la tardanza, -de dónde vienes así-, dijo. No me dio tiempo a dar explicaciones de mi gran tarde. Mi padre, serio, aquel día no valía aquella repetida frase de “Ya verás cuando venga tu padre”, No alzo la mano ni levanto la voz, de manera severa dijo, – ahora mismo a la cama y que sea la última vez-.

Educación - Castigo y enseñanza - castigo, aquellas formulas de antaño fueron las que nos educaron, hicieron de nosotros hombres de provecho (así nos lo decían). Aquel regaño – castigo, me enseño la importancia de la obediencia.

Todavía resuenan en nosotros aquellas frases de “Ud., dele si no se porta bien” o “… sino aprende”. Te castigaban sin ir a comer, sin recreo, en brazos en cruz. Algún que otro lo amarraban a la ventana, lo encerraban en casa, a veces corrías como una exhalación para que no te alcanzara la zapatilla o lo que es peor “la Guardia Civil viene a por ti” o “vas a ir al reformatorio”.

Castigo, regaños o consejos. No sé si fue malo bueno o regular, lo que si es cierto es que aprendimos a respetar y a no vivir en el capricho.

Te suena estas frases:

- ¡No salgas con esas pintas a la calle!
- ¿Y si fulanito se tira por un barranco, tu también te tirarías?
- ¿Pero a tí, te parece esto normal?
- ¡Estás en los Huesos!
- ¿Cuando vas a sentar la cabeza?
- ¡Tú verás lo que haces!
- Me da igual lo que haga o deje de hacer tu amiga/o
- Ya verás cuando venga tu padre.
- No dejes nada en el plato que hay mucha gente muriéndose de hambre
- Me vas a volver loca!
- No te pegues tanto al televisor, ¡te vas a quedar ciego!.
- ¡Ponte el tapabocas!
- Cierra la boca y ¡come!
- Éntrate esos aldones
- Que no me entere yo, que fuiste tú…
- Pórtate bien
- Estás relenco
- ¡Cierra la boca y come!
- No me busques, que me vas a encontrar
- Pero qué manía
- ¡Te vas a quedar ahí sentado hasta que te comas todo!
- ¡Ni lo sueñes!
- Espérate que venga tu padre…!
- Sácate la mano de los bolsillos
- ¡Cállate y no me contestes!

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