lunes, 5 de abril de 2010

Celebración 50 años. 1.960.

Galería de fotos

Cada barrio era un entramado de calles interminables, mágicas, únicas,… sobre ellas elaborábamos nuestros juegos. Aquellos años donde los chicos con los chicos y las chicas con las chicas, donde se conformaban juegos según que sexo. Unos al balón, otras a comba, unos al trompo, otras a las muñecas, a los botes, a las tiendas… quedaba todavía algún tiempo para los tímidos escaramuceos, quizás algún atrevido tirabuzón por el mas espabilao que era seguido por el correr de la chiquillería a lo más recóndito de la calle infinita.

La calle era nuestro territorio, el espacio en el que nuestra imaginación no tenía fin. Ese lugar mostraba un momento mágico, donde todos, casi en régimen de “manu militari”, pegamos pequeños mordiscos que seguidamente acompañábamos de un gran bocado de pan.

El chocolate lo mordisqueábamos tratando de alargar la onza y extender su sabor. Con el pan alargábamos la merienda hasta saciarnos. El voluminoso cantero, sostenido en la mano derecha, si por circunstancias del destino o trajín del juego se topaba con el suelo, con rapidez se recogía y en ritual vehemencia se besaba.

Cada calle era una copia, una imitación,… el pan con chocolate nuestra merienda.
Cincuentón

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